Siente la auténtica experiencia baqueana en Las Torres Patagonia
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Patagonia es sorprendente, nos deslumbra con su belleza natural invitándonos a descubrirla a lomo de caballo en medio de asombrosos paisajes y con la compañía de expertos baqueanos que nos deleitan con sus historias e intrépidas aventuras.
Al llegar a Torres del Paine, en la Patagonia chilena, una jornada de trekking se revela como la mejor manera de descubrir sus hermosos parajes. Pero ¿sabías que puedes combinar tus caminatas con una inolvidable cabalgata guiada por un experto baqueano que te mostrará lo auténtico de esta tierra austral?
Probablemente, te suena más la palabra “vaquero” por las películas del oeste o los famosos “gauchos” provenientes de la pampa Argentina. Pues bien, retrocedamos en el tiempo. En épocas antiguas, cuando la Patagonia era habitaba solo por pueblos nativos, los primeros colonos que llegaron a estas remotas tierras fueron, precisamente, los baqueanos, algo así como los “cowboys” chilenos; hombres conocedores y amantes de su tierra.
Los baqueanos tuvieron su época de oro. Durante largos años recorrieron los misterios de esta tierra aun hoy inexplorada, abrieron pasos y senderos desconocidos, cabalgaron en medio de la noche atravesando estepas de nieve y a fuerza del agreste territorio se convirtieron en excepcionales jinetes. Hoy están dispuestos a guiar a todos los visitantes por los vericuetos de las tierras magallánicas.
La labor del baqueano
Su arquetipo los identifica como hombres con carácter, reservados, silenciosos, valientes y solitarios, únicamente con la compañía de su caballo aún en el inclemente clima patagónico. Sin duda saben valerse por sí mismos y poseen muchas mañas que la vida de campo les ha enseñado.
Son las 6:00 de la mañana y, con su típico atuendo de botas largas de montar, pantalones anchos, infaltable boina, pañuelo en el cuello, el baqueano inicia su jornada campesina. Se prepara un mate, ensilla su caballo y se va a buscar a los demás animales para llevarlos a la pesebrera, no sin antes otear el horizonte para saber a qué clima atenerse. Una vez en la pesebrera, cepilla los caballos, les pone la montura y los deja en el punto para los turistas que tomarán las excursiones del día.
Para el baqueano, el caballo es su posesión más preciada, su compañero de viaje en este mundo. Es por esto que en Reserva Las Torres los baqueanos están siempre atentos a los amados equinos; cómo están de ánimos, cómo están físicamente, cómo se relacionan entre ellos; todo hace parte del buen estado del preciado caballo.
Así nos lo cuenta Ramón Díaz, encargado de estancia. ¡Y hay mucho más!: constante revisión veterinaria, desparasitación cuatro veces al año, un cuidadoso herraje, podología equina, mantenimiento de una buena dentadura, vacunas contra la influenza. “Nos preocupamos mucho por nuestros caballos”, cuenta Ramón.
En términos más sofisticados, es una mirada holística, explica el baqueano Ramón: “Contamos con un manejo holístico enfocado a mantener un equilibrio con la flora y fauna nativa, evitando tener mayor acercamiento a los pumas, huemules y demás animales, respetando su espacio”.
Es así como, comprometidos con la sustentabilidad del ecosistema, desde el 2013 se retiró la ganadería de la Reserva y un equipo de expertos trabaja para mitigar la erosión de los campos que causa el pastoreo, además de garantizar cercos en buen estado que eviten que los animales se lastimen. Todo esto y mucho amor, hace parte de este cuidado integral del baqueano del siglo 21.
Una mirada a la experiencia y cultura baqueana
La interacción con el baqueano y sus caballos es una de las experiencias culturales más atractivas de la región y comenzó con el interés de los mismos turistas por conocer su cultura, estilo de vida patagónico. Con el tiempo, se convirtió en una querida responsabilidad de nuestro vaquero local que, según explican, va más allá de subirse a un caballo y sacarse una foto: “Es la conexión que trasmite el caballo y la naturaleza, sentir su movimiento, saber que la persona tiene el control al llevar un animal de 350 a 400 kilos, ambos lo van a hacer bien, es entender un poco su personalidad”, relata Ramón.
Para los baqueanos uno de sus grandes desafíos es brindar seguridad a los turistas. Más del 90% de las personas no cuentan con la experiencia y para otros es su primera vez. Así que, siempre con la mejor actitud y picardía que los caracteriza, logran congeniar con los inseguros y por medio de una amena conversación, al calor de un mate, les transmiten tranquilidad. También les enseñan a lacear y a saber cuándo es buen momento para cepillarlos o acariciarlos. Al final del día, la gente se va con la sensación de sentir un poco la vida en la Patagonia.
Top 3 de cabalgatas alucinantes
Este recorrido te permite apreciar el paisaje verde del bosque nativo, las tres famosas Torres de granito y la privilegiada vista del Cerro Paine. Te garantizamos diversión, conexión con la naturaleza y unas fotos espectaculares.
Es una excelente cabalgata para principiantes que buscan acrecentar su experiencia mientras conectan con la naturaleza en parajes silenciosos a las orillas del profundo lago color turquesa.
En esta cabalgata se recorren lugares poco explorados de La Reserva. Rumbo al sector Serón se avistan las Torres del Paine, se desmonta un rato en Cerro Paine para apreciar la cascada Aborigen y luego se toma rumbo hacia el Valle Ascencio.
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