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El nombre perfecto: cómo Amor honró su nombre y dejó su huella

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En este día especial, recordamos con cariño a la señora Amor Eliana, cuyo amor incondicional y su actitud positiva fueron el motor del proyecto turístico y familiar que hoy conocemos como Las Torres. Los valores que Amor transmitió en vida quedaron plasmados, en una empresa familiar que lleva su sello.

La historia de Amor Eliana Marusic quien fundó Las Torres Patagonia junto a su marido Antonio Kusanovic, es un ejemplo de perseverancia y amor en acción.  Desde el inicio de su matrimonio, Amor apoyó a su esposo Antonio en cada uno de sus negocios y viajes, coordinando y organizando todo para que él pudiera triunfar en su labor. Juntos, forjaron un éxito que no hubiera sido posible sin el apoyo y guía de Amor, quien conocida por su actitud positiva, alentaba a su marido a no dar paso atrás.

Antonio y Eliana junto a sus hijos José Antonio, Vesna, Liliana y Mauricio Antonio y Eliana junto a sus hijos José Antonio, Vesna, Liliana y Mauricio

Fruto de ello, en los años 90, Amor y Antonio decidieron emprender un nuevo proyecto, que para la época parecía una locura: ofrecer cama y comida casera a los viajeros que visitaban Torres del Paine. Luego con renovaciones y la construcción de habitaciones y un restaurante, nació el Hotel Las Torres, que desde entonces es un lugar acogedor y familiar que lleva la marca de la unión y el trabajo duro de la familia Kusanovic-Marusic.

Pero el legado de Amor no se limitó a los negocios de su marido. Sus hijos aprendieron de ella la importancia de trabajar juntos y sin diferencia de roles. Liliana, una de sus hijas, recuerda con admiración cómo su madre les enseñó a pintar la casa, tapizar muebles, y montar a caballo. Para Amor, no había tareas exclusivas para hombres o mujeres, y eso es algo que sus hijos y la familia llevan consigo hasta hoy.

Amor Eliana y sus hijos en Salto Grande Amor Eliana y sus hijos en Salto Grande

Ese fue el ejemplo que recibieron sus hijos Liliana, José Antonio, Mauricio y Vesna.  Todos tenían que hacer de todo como recuerda Liliana su hija mayor: ¨nunca se nos ocurrió pensar que había un rol único para una mujer o para un hombre y eso nos llevó a sorprendernos muchas veces cuando vivíamos en una sociedad con roles muy delimitados. La mujer en la casa y el hombre en el trabajo.

Amor en la adversidad

El carácter determinado de Amor tiene sus raíces en una vida difícil desde muy temprana edad. Hija de descendientes croatas, Amor perdió a su madre a los 14 años y tuvo que asumir su rol junto a su hermana mayor, Nely. Juntas criaron a su hermana menor, Beninga Maria Luisa, en circunstancias difíciles que las forjaron como mujeres fuertes y empoderadas.

Tampoco fue fácil para ella criar a cuatro hijos en un mundo ganadero, pero lo hizo con rigor, disciplina y, sobre todo, mucho cariño. A pesar de los obstáculos, Amor supo salir adelante y su experiencia la convirtió en una persona resiliente, capaz de enfrentar cualquier adversidad con determinación y amor, como su nombre lo dice.

Eliana y sus hijos José y Antonio Eliana y sus hijos José y Mauricio

Además de ser una esposa y madre dedicada, Amor también tuvo un papel fundamental como abuela cariñosa o la “nona” como le decían sus nietos. Ella tuvo un rol importante en la unión de su familia. Su nieto Mauricio recuerda con cariño los últimos años que vivió en Cerro Negro, donde la “nona” era una parada obligada entre Puerto Natales y Punta Arenas para disfrutar de sus deliciosas galletitas donde ella “los atendía como reyes”.

La historia de Amor Eliana Marusic es un recordatorio de que el amor, la perseverancia y la igualdad son valores que pueden llevar a grandes logros y cambios en la vida de las personas. Ella dejó un legado de unidad y trabajo en equipo que continúa inspirando a muchas personas hoy en día en Las Torres Patagonia, y como recuerda Liliana: “es uno quien tiene que solucionar las cosas y hacerlas todas, no hay otras personas que las puedan hacer por ti”.