La huerta biointensiva de Hotel Las Torres ha sido un lugar que ha contado muchas historias. Durante los primeros años, nuestra huerta era conocida como quinta, y quienes trabajaban en ella se les llamaba quinteros. Este nombre proviene de la España del siglo XVI y aludía a la quinta fracción de terreno que un adelantado, como representante de la corona, adjudicaba a un nuevo vecino español o mancebo de la tierra; estas “quintas” pasaron a ser huertas con alguna vivienda adjunta. Hoy en día, la quinta de Hotel Las Torres hace varios años pasó a llamarse huerta, pero a 10 años de su fallecimiento, queremos recordar la historia de Don Tito, un quintero legendario de Las Torres Patagonia.
¿Quién fue Don Tito?
El trabajo en el Hotel Las Torres y la camaradería entre cada uno de los equipos da espacio a que se generen grandes y duraderas amistades, este fue el caso de Tito Paidicán Barrientos, más conocido como Don Tito, un hombre apasionado por la tierra, y que se ganó el corazón de cada uno de los que construyen la experiencia Las Torres Patagonia.
Desde niño se dedicó a trabajar la tierra, Don Tito contaba que desde los 5 años estaba con las manos metidas en cultivar y cosechar. Su pasión por su trabajo le llevaba a ir siempre con un solo mantra en su trabajo “el amor es el mejor fertilizante”.
Su picaresca personalidad
Muchas historias se cuentan de él y su picaresca personalidad, como aquella en que luego de un largo día de trabajo en la quinta, perdió las llaves de su cabaña. Rápidamente, se hizo de una escalera en la villa de personal y decidido se arrimó a la escalera apuntando a la ventana de su habitación. Sin embargo, al llegar a hasta arriba, se dio cuenta de que había instalado la escalera en la ventana equivocada. Los trabajadores que se estaban en esa pieza se sorprendieron al verlo entrar por la ventana y le preguntaron “¿Qué pasa Don Tito?”, confundido y tratando de salir de esa situación, les extendió una larga sonrisa y abandonó el lugar diciendo “Chupalla, le erré”.
Su pasión por trabajar la tierra
Quienes lo recuerdan, mencionan que era un apasionado por plantar y cosechar ruibarbos y tomates, y siempre tenía tiempo para cuidar de los rosales de su quinta, “eran su vida” comentan algunos.
Durante las primeras semanas de 2014, Don Tito estuvo muy delicado de salud, a sus 77 años no dejaba de pensar en su quinta, pero motivado por su trabajo, apareció en las oficinas de Punta Arenas decidido a subir al hotel y continuar con el trabajo que tanto amaba.
Llegó un día lunes a Hotel Las Torres y fue recibido con mucho cariño por todos los equipos. Y una vez que terminó de saludar a cada uno, fue raudo a su quinta a ver cómo se encontraba, luego de varias semanas sin haber estado presente debido a su salud.
Sin embargo, esa primera noche en el hotel no fue buena para Don Tito, por lo que al día siguiente regresó a su casa para volver a un centro de salud.
Tito Paidicán fallecería el miércoles 29 de enero de 2014, al día siguiente de haber viso su quinta por última vez. Quienes lo conocieron comentan que Don Tito había ido a despedirse.
El lago de Don Tito
Algunos trabajadores de Hotel Las Torres comentan que “nunca habían conocido a una persona que amara tanto lo que hacía como él”, otros agradecen todas las sonrisas que entregaba con su espíritu positivo y humilde.
Hoy, la Huerta Biointensiva de Hotel Las Torres continúa el legado de Don Tito, y sigue desarrollando productos libres de químicos y pesticidas, fomentando una agricultura amable con el entorno y que el fin máximo sea producir alimentos ricos en sabores, aromas y nutrientes.